Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Macabeos 11, 36-51

36 No será derogada ni una de estas concesiones a partir de ahora en
ningún tiempo.

37 Procurad hacer una copia de estas disposiciones que le sea
entregada a Jonatán para ponerla en el monte santo en lugar visible.»

38 El rey Demetrio, viendo que el país estaba en calma bajo su
mando y que nada le ofrecía resistencia, licenció todas sus
tropas
mandando a cada uno a su lugar, excepto las tropas extranjeras que había
reclutado en las islas de las naciones. Todas las tropas que había recibido de
sus padres se enemistaron con él.

39 Entonces Trifón, antiguo partidario de Alejandro, al ver que todas
las tropas murmuraban contra Demetrio, se fue donde el árabe Yamlikú que
criaba al niño Antíoco, hijo de Alejandro,


40 y le instaba a que se lo entregase para ponerlo en el trono de su
padre. Le puso al corriente de toda la actuación de Demetrio y del odio que
le tenían sus tropas. Permaneció allí muchos días.

41 Entre tanto envió Jonatán a pedir al rey Demetrio que retirara las
guarniciones de la Ciudadela de Jerusalén y de las plazas fuertes
porque
hostilizaban a Israel.

42 Demetrio envió a decir a Jonatán: «No sólo haré esto por ti y por
tu nación, sino que os colmaré de honores a ti y a tu nación cuando tenga
oportunidad.

43 Pero ahora harás bien en enviarme hombres en mi auxilio, pues
todas mis tropas me han abandonado.»

44 Jonatán le envió a Antioquía 3.000 guerreros valientes, y cuando
llegaron, el rey experimentó gran satisfacción con su venida.

45 Se amotinaron en el centro de la ciudad los ciudadanos, al pie de
120.000, y querían matar al rey.

46 El se refugió en el palacio, y los ciudadanos ocuparon las calles de
la ciudad y comenzaron el ataque.

47 El rey llamó entonces en su auxilio a los judíos, que se juntaron
todos en torno a él y luego se diseminaron por la ciudad. Aquel día llegaron
a matar hasta 100.000.

48 Prendieron fuego a la ciudad, se hicieron ese mismo día con un
botín considerable y salvaron al rey.

49 Cuando los de la ciudad vieron que los judíos dominaban la ciudad
a su talante, perdieron el ánimo y levantaron sus clamores
al rey
suplicándole:

50 «Danos la mano y cesen los judíos en sus ataques contra nosotros
y contra la ciudad.»

51 Depusieron las armas e hicieron la paz. Los judíos alcanzaron gran
gloria ante el rey y ante todos los de su reino y se volvieron a Jerusalén con
un rico botín.